domingo, 6 de diciembre de 2009


Son pocas cosas pero todas tienen que ver con amar y ser amado, con respetarse y aceptarse. Ninguna de ellas tiene que ver con someterse sino con aprender y tolerar. ¿Será que amar no se trata de fundirse y perderse en el otro? ¿Será que se trata de dos individuos que crecen juntos? Aceptar al otro es tener fé, respetar sus tiempos, sus espacios, entender sus silencios y esperar sus señales. Para aceptar primero hay que conocer, lo que se ve del otro y lo que no se ve, y así puedo decir: “te conozco”, y porque te conozco te elijo y porque te elijo te acepto y porque me aceptas soy felíz. También acepto la sorpresa, porque siendo dos, al volver a casa ya no encontrare todo como lo deje, habrá otro con su mundo, un mundo que engrandece el mío. Hay que saber cual es el debe y el haber. Aceptar al otro es aceptar lo mejor de nosotros mismos, porque quien nos elije nos devuelve puro amor, amor por amor, y a semejante amor por supuesto le digo: “SI acepto”

P

No hay comentarios: